El 3 de noviembre de 1957 la perra Laika se convirtió en el en el primer ser vivo en ser lanzado al espacio. A 50 años de este hecho histórico, aún no se sabe con certeza el motivo de su fallecimiento en esta aventura interplanetaria.
Tras pasar una exhaustiva selección, el can resultó elegido por el programa espacial soviético de la década de los 60.
De origen ruso, Laika se transformó en la primera tripulante de la nave Sputnik 2. Sin embargo, no pasaron ni cinco horas cuando perdió contacto con tierra…para siempre.
La misión espacial tenía dos objetivos claros: comprobar si un ser vivo podía soportar las condiciones espaciales, y demostrar ante la crítica internacional la superioridad de la tecnología de la URSS sobre la norteamericana.
Los signos vitales de Laika eran vigilados telemétricamente desde tierra. Aunque a poco de su despegue se paralizó la recepción de esos datos.
Muchas son las versiones sobre su deceso. Se dijo que el Sputnik 2 no estaba preparado para regresar a la Tierra por lo que la muerte de Laika era inevitable. El plan soviético era darle eutanasia a través de alimento envenenado. LA URSS aseguró que había fallecido por asfixia aunque nunca hubo una nota oficial.
Años más tarde el científico Dimitri Malashenkov, que estuvo presente en el lanzamiento de la nave, reconoció que la perra murió cinco horas después debido a un sobrecalentamiento.
En 1997 fue desvelada en la Ciudad de las Estrellas una placa en homenaje a los cosmonautas caídos en la que aparecía Laika.
Tras su fallecimiento ningún otro animal fue lanzado sin que existiesen las medidas necesarias para su correcto regreso.
:: Vía Minutouno.com
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